Invertir en Cetes

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Invertir en Cetes

¿Cuándo? Y ¿Para que?

Los cetes existen desde 1978, lo que los hace el instrumento más antiguo emitido por el Gobierno Federal que hoy está vigente. Los cetes son el “apodo” de los certificados de la Tesorería de la Federación, instrumentos de “deuda gubernamental”. Como su nombre lo dice, el gobierno —por medio del Banco de México— coloca estos títulos de deuda para pedir dinero prestado a los inversionistas.

El dinero que consigue lo usa para fondear sus proyectos y manejar sus finanzas, quien respalda ese compromiso es el país entero y los impuestos de sus ciudadanos, así, la deuda gubernamental se considera el tipo de instrumentos de inversión más seguro que cada país puede ofrecer. En México, los cetes son más seguros que la deuda de cualquier empresa o que las acciones que cotizan en La Bolsa.

Por eso sus rendimientos no son como para votar la casa por la ventana, pero en la última década han estado la mayoría del tiempo arriba de la inflación, aunque sea un poco, con lo que al menos cumplen con que tu dinero mantenga su valor en el tiempo. Para finales de 2012, la tasa ANUAL de los cetes a 28 días estaba en 4.20% y a 91 días en 4.32%. Como la inflación andaba en 3.28%, si hubieras invertido en cetes, por lo menos le habrías sacado medio punto a esto (hay que contar el 0.6 de impuestos).

En general, se consideran instrumentos para inversiones de corto plazo pues tienen pocas variaciones —salvo en las crisis, no te andarán dando sustos—, porque sin ser una maravilla, sus rendimientos son de los mejores para un año o menos, y por su duración: los más comunes son de 28 días y luego vienen los de tres meses, seis meses y un año, así que puedes tener liquidez.

¿Requieres capital para comprarlos?

Antes en México, o tenías millones para comprar deuda del gobierno tú solito, siendo flamante cliente de una casa de Bolsa, o lo hacías a través de un fondo de inversión, pero hace unos años echaron a andar un programa que se llama “Cetes directo” —por aquello de que no tiene intermediarios—, con él puedes comprar bonos gubernamentales desde 100 pesos. Sí, los 100 pesos que te echas en el cine y dices “para qué los guardo si no los puedo invertir”, esos.

Además de cetes, en esta plataforma también venden otros como UDIBONOS (que están ligados a la inflación) o BONDES (que son a más largo plazo) y hasta fondos con liquidez diaria. Si quieres todavía los puedes comprar a través de tu casa de Bolsa consentida o comprar algún instrumento bancario que invierta en ellos; pero si te cobran comisiones que le bajen a tus rendimientos, ¡tú sabrás!

Los cetes se venden en subastas y cotizan a “precio de descuento”, es decir, al final te van a dar 10 pesos, que es su “valor nominal”(por ejemplo), pero tú los compras a 9.97 o 9.89, o lo que sea .

La ganancia es precisamente la diferencia entre el precio pagado y su valor nominal al vencimiento. Los cetes se emiten y colocan a plazos de 28 días, a tres meses (bueno, 91 días) a seis meses y un año. Y ustedes dirán “espérate tantito, ¿cómo que subastas? ¿Como las de las de obras de arte?” Pues más o menos: hay un mercado “primario” en el que ciertas instituciones presentan “posturas” (o sea una oferta, no se imaginen que de yoga) que dice qué monto quieren adquirir y cuánto están dispuestos a pagar. De acuerdo con eso se asignan. ¿Quiénes participan en la subasta? Bancos, casas de Bolsa, sociedades de inversión, afores… Una vez que los compran, los pueden vender al “mercado secundario”, o sea, sus clientes. Ahí es donde entra el tema de la comisión, que en cetes directo no se cobra. Eso sí, ellos también aplican aquello de “depend… el sapo es la pedrada” y pueden tener comisiones diferenciadas por monto de inversión o tipo de cliente.

Pero ¿Tienen riesgo o no tienen riesgo?

Aunque en teoría los cetes sean los instrumentos de MENOS riesgo en México porque nuestros impuestos los respaldan. Por un lado, al ser deuda, siempre existe la posibilidad, aunque sea muy remota, del “debo no niego, pago no tengo”, es decir, que a quien le invertiste tu lana no pague si hubiera una crisis mayúscula (en México no pasa con su deuda en general desde los ochenta y sí es poco probable, pero hay que saberlo).

Otro riesgo de los cetes es que sus tasas paguen menos que la inflación, con lo que se va “encogiendo” el valor de nuestro dinero. Pero además las tasas pueden cambiar y afectar nuestras ganancias cuando nos toque la renovación. Puede suceder que tuviéramos cetes a 28 días que pagaban 8% anual, pero por la crisis bajen las tasas y a la hora de la renovación estén en 5 o en 4% (como pasó de diciembre de 2008 a agosto de 2009) y que entonces nos demos de topes por no haber tenido cetes a más largo plazo para quedarnos con esa tasa más tiempo. También puede ser a la inversa: si metieras toda tu lana a un año con una tasa de 4.1 y luego subiera a 4.8%, te perderías unas buenas décimas. Para que no nos agarren con los dedos en la puerta en ninguno de los casos, hay que tener instrumentos de deuda a distintos plazos (cetes hay de 28 días, tres meses, seis meses y un año, pero hay bonos más largos) y observar las tendencias.

Entonces ¿Cuándo son buenos los cetes?

Mucha gente me pregunta: “¿Son buenos los cetes para empezar a invertir?” Y la respuesta de nuevo es: depende.Ya hablamos de la seguridad de los cetes y de que sus rendimientos tampoco son tan altos que digamos, justamente porque su riesgo es bajo. Si tú vas a usar ese dinero a corto plazo —una meta a 28 días, a tres meses, seis meses o hasta un año—, sería una buena opción porque tienes un buen nivel de seguridad y rendimientos no altísimos, pero podrás seguir comprando la misma cantidad al año siguiente o hasta un piquito más con ese dinero llegado el vencimiento (la inflación no le mordió o no muy avorazado). En resumen: los cetes son adecuados para tus vacaciones en verano o para parte del dinero que quieras tener mayor disponibilidad. Si éste es tu caso, te convienen.

Esta idea es de una Consejera Bursátil: en lugar de meter toda tu lana una sola semana al mes, cada martes (el día de la subasta) compras cetes de 28 y 91 días, con una parte de tu dinero. Así puedes tener una cuarta o quinta parte de tu dinero disponible cada semana y tener un rendimiento un poco mejor, porque los cetes de 91 días pagan más que los de 28.

¿Cuándo no debiera comprar  cetes?

Si ese dinero que vas a invertir lo vas a usar para una meta de largo plazo, digamos, comprar una casa en cinco años o tu retiro, tenerlo en cetes no sería buena opción porque para esos horizontes hay opciones como los fondos, que incluyen una combinación de instrumentos con más riesgos —por ejemplo, acciones en la Bolsa, divisas, oro y hasta vehículos para invertir en bienes raíces— que sí te pueden dar rendimientos superiores al 4% y cacho de los cetes. No necesariamente tiene que ser con fondos, puedes comprar en directo los instrumentos y hacer tu combinación, pero la idea es que busques algo que te pueda dar mayores rendimientos, pues tienes más tiempo y puedes arriesgar más.

Espero te encuentres muy bien Seguiremos hablando en el siguiente Post

Tu amigo Leonardo Cubillán

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PD: Fuente  Libro de Pequeños Cerdos Capitalistas Inversionistas de Sofia Macias

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